domingo, 7 de abril de 2013

Nota a Gustavo Salvador Fontan



La postal gris de Banfield durante las primeras luces de la mañana de un feriado. Los pisos mojados por quienes han sabido tomarle ventaja a las dormidas veredas de su barrio. Con el sueño a cuestas intento imaginarme su casa, me bajo del colectivo 160 y comienzo la búsqueda. El frio me abraza mientras observo aquella casa de color rosa casi palido al lado de una pequeña verdulería que ha comenzado a sacar su mercadería a la luz. Esa casa tan discreta pero tan distinta al resto, alberga historias en 35mm que amalgaman mis historias de familia, mi barrio, mi casa…mi árbol, con la literatura de nuestros pagos, con la poética y la nostalgia de lo que fue. Me abre la puerta el propio Gustavo y me invita a pasar. Las paredes parecen forradas en libros de todo tipo, la acogedora distribución de los ambientes y objetos me hace sentir bienvenido. Me siento en una pequeña mesa de madera con vista a un angosto y verde patio. Siento unos pasos, Gustavo se sienta frente a mí. Los pájaros de repente retoman su vuelvo y desde el grabador retumba un “click”…(Continua la nota en nuestro Diario -tanto en formato papel o en su versión digital haciendo "click aqui") 

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